"Ultimately, you can't fight demographics. Hispanics are already here, and most of them aren't going anywhere. Instead of wishing otherwise, Americans would be better off accepting this new reality. While they're at it, they should acknowledge the positive impact to their communities and their country of having a growing population of people who are, by nature, conservative, hardworking, optimistic, patriotic and entrepreneurial. Hispanics aren't a threat to the United States; they're an essential component."
Rubén Navarrette
24.3.11
Requiem a la Nacionalidad Puertorriqueña
El problema fundamental de la colonia de Puerto Rico - y la verdad es que 'nuestro problema fundamental' son varios - es una falsa dicotomía entre ciudadanía y nacionalidad. El coloniaje de siglos en Puerto Rico nos ha dejado con la miope concepción de que existe una relación mutuamente excluyente, en lo que a Puerto Rico se refiere, entre los conceptos nacionalidad y ciudadanía. Eso es un gran mito. Pregúntale a los estadounidenses quienes seguramente te dirán que en sus mentes no existe ninguna diferencia entre la una y la otra. En la mente esquizofrénicamente colonizada puertorriqueña, nacionalidad, claro está, compete a PR. Pero, ¿a quién le importa? Por mala fortuna, a muy pocos puertorriqueños cuando se trata de equipararla o, ¡santa temeridad!, ponerla por encima de la ciudadanía estadounidense.
Fufi Santori, en su ensayo publicado el 21 de marzo de 2011 en El Nuevo Día, describe, si no con elocuencia, con mucho realismo y humor, porque si no sólo nos restaría llorar, lo que acontece en la politiquería puertorriqueña de todos los días. En no muchas palabras pone el dedo en el foco de la infección cuyo antibiótico todavía no hemos podido encontrar, la lamentable erosión del alma puertorriquena.
cspellot, 2011
Fufi Santori, en su ensayo publicado el 21 de marzo de 2011 en El Nuevo Día, describe, si no con elocuencia, con mucho realismo y humor, porque si no sólo nos restaría llorar, lo que acontece en la politiquería puertorriqueña de todos los días. En no muchas palabras pone el dedo en el foco de la infección cuyo antibiótico todavía no hemos podido encontrar, la lamentable erosión del alma puertorriquena.
cspellot, 2011
11.3.11
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