18.10.11

Notes from a dragon mom

Notes from a dragon mom

Este es un articulo para la posteridad y el beneficio de todo padre. Incisivo y brutalmente honesto acerca del verdadero objetivo de ser padres. Ojalá que Dios te conceda un milagro, Emily Rapp. Gracias por escribir semejante reflexión. No me cabe la menor duda de que debió ser sumamente doloroso escribirla.

12.10.11

Operación Niño de la Navidad / Operation Christmas Child

Aquí hay algo que puedes hacer justo antes de la Navidad.
Here's something you can do right before Christmas.

7.10.11

José y Cristo


Pocos relatos en el Antiguo Testamento reflejan tan bien la redención como lo es el relato de José en los últimos 10 capítulos de Génesis. Una quinta parte de Génesis tiene que ver con Abraham, su llamado y los pactos que Dios hizo con él. Otra quinta parte tiene que ver con Jacob y su transformación en Israel. Casi dos quintas partes de Génesis tienen que ver con los relatos de la Creación, la Caída, Noé y el arca, el crecimiento y desarrollo de la humanidad en la tierra, e Isaac. Poco más de una quinta parte de Génesis cubre la vida de José.
José no pudo haber caído más bajo y haber sufrido más. Sus sueños premonitores cuando era joven no sentaron bien con sus hermanos mayores. Esos dos sueños en donde sus hermanos representados como manojos de trigo que se inclinaban ante él, el único manojo de trigo que permanecía derecho, y otro sueño en donde el sol, la luna y 11 estrellas le rendían reverencias encendieron la envidia e ira de sus hermanos.

Vendido como esclavo por 20 monedas de plata a una caravana de mercaderes árabes en dirección a Egipto, allí fue nuevamente vendido como esclavo al jefe de la guardia del faraón. José nos introduce realmente a lo que es el bajo estado de la esclavitud y cómo ésta se convierte en parte del plan de Dios para cumplir su promesa a Abraham de que “en ti serán bendecidas todas las naciones de la tierra.”

Irónicamente, Dios, cuyo control de la historia humana es absoluto y protagónico, maneja los eventos en la vida de un joven hebreo convertido en esclavo de tal manera que su vida es redimida de una manera que sólo podríamos describir como sobrenatural para traer la redención de un pueblo insignificante. Fuimos creados libres y para la libertad, pero es a partir del estado más opresor de la humanidad, el de la esclavitud, que comenzamos a ver el largo camino hacia la libertad, una libertad perdida y que no podemos lograr por nosotros mismos, y también a experimentar el largo proceso de la redención humana al final del libro de Génesis en la figura de José.

José es un esclavo que ahí cuando pensamos que no puede caer más bajo, en efecto, es arrojado al calabozo por causa de una acusación falsa. Una cárcel de Egipto en tiempos faraónicos sería sin pensarlo mucho uno de los lugares más solitarios, inhóspitos y crueles. En José tenemos un símbolo de la bajeza del pecado de la humanidad no porque José haya pecado abiertamente sino porque su experiencia refleja que el hombre como pecador se encuentra en un calabozo de donde no hay salida sin intervención divina.

Por otro lado, José también simboliza que no hay circunstancia alguna por muy oscura y desesperanzadora que sea que no pueda ser redimida por Dios. Fue del lugar más lejano, profundo y oscuro del cual Dios saco a José para ponerlo en lugares altísimos. Esto sucedió no para la gloria de José sino para la de Dios. Esto sucedió no para la salvación propia de José sino para la de su familia. Sucedió para que toda una nación, Egipto, fuese salvada. La aparentemente miserable vida de un hombre y sus igualmente miserables circunstancias fueron el medio que Dios usó para revelar que no hay dios que pueda redimir como el Dios de José, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Así que José también representa la gracia y bondad de Dios.

Pero hay algo más que José también representa. José fue rechazado y abusado por sus propios hermanos. Fue vendido como esclavo por 20 monedas de plata. Ese rechazo y traición pudieron dar paso a una venganza sin reservas por parte de un José exaltado prácticamente a la cúspide del poder humano tan pronto se le presentó la oportunidad de ajustar cuentas con sus hermanos. Pero, ¿qué vemos a José hacer?

Sí, él pone a prueba a sus hermanos. Sí, desea saber si en el corazón de ellos hay remordimiento por la desgracia que le ocasionaron al venderlo como esclavo y alejarlo de su familia. Y sí, es en esa prueba que Dios ajusta cuentas con esos hermanos y el pasado que ellos habían ocultado de su padre por tantos años. En la prueba que José les hace a sus hermanos Dios los libera del peso del remordimiento y la recriminación. Dios los libera de la gran culpa que llevan a cuestas ya que reflejan que realmente cometieron un gran pecado contra José, contra su padre Jacob y sobre todo contra Dios mismo.

Ahora que Dios lo ha puesto en alto, José tiene la oportunidad para juzgar y condenar. El tiene el poder. Sin embargo, no lo hace. Tenemos que preguntarnos cómo puede resistir la tentación después que le provocaron tanto dolor y sufrimiento. José supo de su propósito tan pronto sus hermanos se presentaron ante él en Egipto. Eran los años de las vacas flacas y a todos nos llega un tiempo así tarde o temprano.

Sus hermanos pensaron y planificaron mal contra él, pero Dios lo cambió para bien. Ellos habían provocado su descenso a la esclavitud pero Dios rompió sus cadenas y lo puso en libertad. Por esa gracia que sólo Dios comunica a nuestro ser, José había podido entender que su noche oscura había dado lugar a un nuevo día radiante y que el ser recipiente de dicha gracia tiene que convertirnos invariablemente en comunicadores de esa misma gracia inmerecida. “De gracia recibiste, da de gracia.” Por lo tanto, José no les paga a sus hermanos con la misma moneda. ¿A quién se nos parece José?

José representa a Cristo tal vez como pocos otros personajes en la Biblia. En determinados instantes de la pasión de José podemos ver también la pasión de Cristo. José fue traicionado. También Cristo. José fue vendido por 20 monedas de plata. Cristo por 30. José fue juzgado injustamente y puesto en cadenas. También Cristo. Por medio de él se logró la preservación de una pequeña familia. Por medio de Cristo se logró la redención de la familia de la humanidad. José es símbolo de Jesús. Todo lo que ocurre en su vida apunta a Cristo. En José vemos como en medio de tanta escasez y hambre puede haber una salvación tan abundante. En Cristo vemos como el desierto del pecado y la escasez de la muerte son destruidos para dar lugar a la tierra fértil de la redención divina. Si José no hubiese sido esclavo no hubiese conocido el verdadero significado de la redención. Si Cristo no hubiese sido hombre no hubiese podido llevar nuestras culpas sobre sí en la cruz. De en medio de circunstancias en las que se nos hace prácticamente imposible pensar que pueden salir la redención, la libertad y la salvación, Dios hace precisamente esas cosas. Dios hace manantiales en el desierto.

De todos los personajes fascinantes que hay en el primer libro de la Biblia, José sobresale porque es a viva voz una imagen de Cristo y el poder de su redención en favor de la humanidad.