15.7.14

¡Qué bueno que se acabó!: La Copa es cruel, Pt. 3


Se acabó la Copa, ¡gracias a Dios! Disfruté a cabalidad cada juego que pude ver durante este mes mundialista. Este evento deportivo fue simplemente inmenso. El fútbol es un deporte apasionado y esa pasión es compartida por partes iguales entre los que se baten el balón en el campo de juego y los que se sientan en las gradas. Brasil montó un gran espectáculo. La Copa estuvo ''de show''. En general, los brasileños deben sentirse muy orgullosos. Sí, hay muchísimo malestar por el costo de la preparación y organización de esta Copa Mundial. Los argumentos que dicen que la exorbitante cantidad de dinero gastada en ella pudo haber sido invertida en cosas más necesarias para el país como la infraestructura, la educación, los sercivios de salud, combatir la pobreza, etc. tienen más que validez. Esperemos que esta Copa rinda dividendos tanto económicos como sociales que beneficien a un pueblo que necesita mucho más que el elixir del juego bonito.

Este mes de Copa Mundial fue como un maravilloso sueño del que sabemos que no queremos despertar. A veces nos dio momentos de pesadilla porque la Copa se distingue por ser cruel, pero sea sueño o pesadilla qué bueno que ya se acabó.  Tal vez a otros les pareció estar viendo una magnífica película o leyendo una desgarradora novela cuya trama fue desarrollándose poco a poco hasta llegar a su momento de mayor tensión, su clímax, para luego soltarlos súbita y despiadadamente en su desenlace dejándolos con el corazón a punto de estallar de la alegría - ¡Alemania! - o completamente roto - Argentina.

¡Qué bueno que se acabó la cruel Copa! Fue cruel tanto para los vencedores como para los derrotados. El juego bonito a veces no es tan bonito.

Presenciamos un juego final que se decidió en tiempo extra. En el que ambos equipos se negaron a ceder su terreno de juego, en el que los alemanes dejaron sangre en Brasil y en el que los argentinos también sufrieron las consecuencias de su arrojamiento. Porque en la Copa hay que dejarlo todo. Cuando no es así se sufre de la manera más humillante. La Copa es cruel de mil maneras. Alemania y Argentina hicieron honra a las generaciones pasadas con este partido final y nos dejaron un momento futbolístico que será recordado por muchos años.

No fue hasta que Alemania jugó contra Brasil que se vio claramente el nivel de juego que trajo el equipo alemán a esta Copa. En sus juegos anteriores, a pesar de su ejecutoria tradicionalmente impecable, no hubo una exhibición de superioridad futbolística como la que se vio en su juego semifinal. Si bien es cierto que Brasil sufrió de dos bajas importantes de cara a su juego contra Alemania, en tan sólo treinta minutos del partido el mundo vio que aquí "llegaron los alemanes". Muchos predijeron en ese preciso momento quiénes serían los campeones del Mundial.

Argentina, en cambio, luchó cuerpo a cuerpo hasta el final ganando sus juegos por la mínima cantidad o en penales. En esta copa, los argentinos mostraron su coraje y su pasión más que su fútbol. Messi, DiMaria, Higuaín, Romero y los demás nos mostraron momentos que se han plasmado en nuestra memoria. Argentina contó con un plantel profundo y serio en su meta de llegar a la final, sólo que el rumbo hacia ella no les resultó nada fácil. Suiza en octavos de final por uno. ¡Gracias, DiMaría! Bélgica en cuartos de final por uno. ¡Higuaín guerrero! Holanda en la semifinal, decidida por penales. ¡Romero! Y la final contra una Alemania que mostró una consistencia de ataque ofensivo que será recordada en los Mundiales por venir. Argentina llegaría sólo hasta el Muro de Berlín.

El juego final de la Copa consistió de un toma y dame impresionante entre alemanes y argentinos. Los alemanes mostraron un ataque concertado; su juego en equipo, preciso y consistente. Insistieron una y otra vez en su estrategia esperando exasperar a su oponente por un lado y agotarlo por el otro, pero no lo lograron. Argentina tuvo una defensa que aunque no fue perfecta si fue efectiva logrando contener el ataque alemán hasta llegar al tiempo extra. Los argentinos tuvieron sus buenas oportunidades de ataque también.

Quisimos ver más de Messi en este partido, pero el equipo no lo es Messi. La Pulga no se distinguió por anotar ese gol que ansiábamos ver y que nunca llegó. Sin embargo, vimos a un Messi que no se rindió a pesar de no haber cumplido con expectativas que eran más que nada irreales. Messi tiene corazón. Messi es Argentina. Cuando terminó el partido vimos corazones rotos dentro y fuera de la cancha, Messi inclusive.

Los alemanes no se distinguen por ser apasionados. Son metódicos, sumamente organizados y lo tienen todo fríamente calculado. Esa es su fortaleza en el fútbol (y en todo lo demás, por cierto). Estos elementos se alinearon en una magistral ejecutoria que culminó con un súper pase de Andre Schuerrle a súper Mario Gotze. Esa fue la estocada final que avivó en Alemania la esperanza de alzar la Copa campeona y hundió a Argentina en la desesperación ante al infamia de la inminente derrota. La crueldad de esos últimos siete minutos de juego se exacerbó a la enésima tanto para los alemanes que ahora tenían que proteger su ventaja contra viento y marea como para los argentinos que buscaban empatar el partido de igual modo.

Los que nos hallábamos apoyando a Argentina vimos nuestra alegría truncada casi herméticamente cuando Gotze anotó ese magnífico pero cruel gol. ¡Vaya manera de terminar no un partido sino un Mundial! ¡Un gol para su patria y un gol para la historia! Mario Gotze y todos sus correligionarios saben que pueden dormir en paz.

Para los que sufrimos la derrota de Argentina y con ella la de Latinoamérica, sabemos que este sinsabor se irá dentro de cuatro años en la Copa Mundial de Rusia 2016, cuando Argentina y Alemania se vuelvan a enfrentar. No debemos olvidar que Holanda, subcampeona de la Copa 2010, vino a Brasil con una sed de venganza impresionante en su juego contra España, campeona de la misma Copa en Sudáfrica, dejando el marcador en 1-5, a favor de los holandeses. Supimos desde muy pronto que esta Copa nos iba a dar grandes sorpresas. En nuestro hemisferio contamos con Estados Unidos, México, Colombia y Costa Rica, selecciones que se crecieron en el torneo y a quienes fue duro verlas salir de la Copa luego de mostrar tanto corazón. Espero que cualifiquen para Rusia junto con Ecuador, Honduras, Chile y Uruguay, y nos sorprendan mucho más entonces.

¡Qué bueno que ya se acabó la Copa! Este mes me dejó con el corazón, la mente y la voluntad divididos. La cantidad de horas que le quité a mi trabajo para dedicarselo a la Copa... ¡ni les cuento! Y al final terminé con el corazón partío.

Se gana y se pierde en la Copa Mundial de Fútbol. No es para menos. Se celebra y se llora. Se quiere y se odia. ¡Dios nos perdone! Es la Copa. El evento más apasionado del planeta en el que las lealtades afloran como nunca y en el que la fe futbolística se confiesa sin verguenza. ¡Dios nos perdone! Es la Copa. A veces dulce como la miel, a veces amarga como la hiel. Hoy y por los próximos cuatro años los alemanes se embriagarán de su dulzura. Para el resto, Padre, pasa de nosotros esta copa. La Copa es cruel. ¡Qué bueno que ya se acabó!

32 Momentos de la Copa

12.7.14

Chef


My wife and I saw the movie Chef a few days ago. It is a fine cinematic accomplishment by its writer/director/producer/leading actor Jon Favreau.

I wanted to take my wife on a date to the movies so I did a search on the movies shown locally. Chef was on the listing at a couple of our local cinemas. I didn't read any reviews about it beforehand. Only saw the trailer. Seeing the cast in it I decided it was worth a shot. My wife didn't have a clue, other than the title of the movie, about what we were about to watch. We were in for a amazing treat.

Chef will delight you on several counts. Visually, particularly the cooking scenes. The attention to detail in these scenes was impressive. The care with which the food was prepared was beautiful to see. There was passion in the making of an exquisite dish. You didn't have a doubt about the love put into the process of cooking. It showed. The chef wanted you to have pleasure in the act of eating his food and it transfered to the movie viewer. I wanted to be in the movie eating whatever this guy was preparing. It made me hungry! All I had to comfort myself was popcorn. Why bother...

The soundtrack is another reason Chef will delight you. Oh, the music! Latin music! R&B! Blues! But mostly mad, seriously mad, Latin beats. You will not get bored because this movie is about a chef that is serious about his delicious craft. But if you're not into food, trust me, the music will get you there! If you're not done in by the eyes, you'll be by what you'll hear. Your feet will be stumping. Your butt will be shaking to the mean beats of Latin percussion. Your fingers will snap at the soulful blues. So if you're into food and music, there you have it. Stop reading, go to fandango.com and book the showing.

Another reason you'll like Chef is because of its cast. Who's in it you ask? I'll let you know- Dustin Hoffman, Scarlet Johansson, Robert Downey, Jr., John Leguizamo, Sofia Vergara and an up and coming young actor by the name of Emjay Anthony. All of them follow and complement the lead played by Jon Favreau himself. This ensemble cast does a convincing job all throughout the movie. It affords you great moments of laughter, believe it or not, via Twitter! There's some pain involved also to balance the equation. There's more than food and music to the movie.

Don't expect Oscar-worthy acting in Chef. While this is an Oscar-worthy cast, that's not needed in this movie. All the actors play their roles for the sake of an outstanding storyline and they more than fulfil the expectations. They deliver.

Chef will draw you in from the very first scene and won't let you go till the credits start rolling. If you go see it, don't go alone. Like all good eating and good music, it's to be enjoyed in good company. I'm glad I went to see it with my wife.

10.7.14

Tulipán y Choripán

Inspirado por el juego de semifinal entre Holanda y Argentina en la Copa Mundial de Fútbol

Una flor
            Majestuosa y singular
            levantas tus múltiples colores
            besados por el sol
            esplendorosa

            Te crees arropada de larga vida
            te admiran, te entronizan
            y uno a uno tus pétalos se duermen
            pronto marchitas

Un chorizo, un pan
            Sin miedo a la inevitable muerte
            eres pasión y coraje
            eres corazón
            mueres no marchitas
            mueres y das vida
            das vida y sabor


9.7.14

Blitzkrieg: La Copa es cruel, Pt. 2


8 de julio de 5014
Fairfax, Virginia

La palabra alemana blitzkrieg significa 'guerra relámpago'. Esa fue la estrategia que los alemanes trajeron consigo al Estadio Mineirao de Belo Horizonte, Brasil, un día como hoy hace tres 3,000 años para su partido de semifinales contra Brasil. Nadie jamás imaginó que de perder en su propia casa, Brasil lo haría tan humillantemente.

Brasil, el famoso equipo del juego bonito y anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol 2014, sería aniquilado por Alemania en la sala de su casa. El mito del juego bonito pasó a ser cosa del olvido desde entonces. Los futbolistas brasileños nunca supieron qué fue lo que pasó esa tarde fatal a pesar de la abundancia de testigos. Y es que los presentes, tan extremadamente confundidos y desorientados como su equipo ante el embate alemán, tampoco pudieron explicar qué fue lo que pasó. La nación entera habría preferido que ese partido nunca se hubiese jugado.

Tres mil años después nada ha cambiado. En cualquier favela, pueblo, ciudad o estado de Brasil le cambian a uno el tema porque a pesar de lo removido que nos hallamos hoy de aquel fúnebre día - nada menos que tres milenios - parece que fue ayer que los alemanes llegaron, incineraron a la Chica de Ipanema y siguieron su camino hacia su próxima campaña de destrucción a golazo limpio. Saudade.

Algunos, los más irracionales, dicen que fue la suspensión de Thiago Silva. Otros, los menos irracionales, atribuyen la debacle brasileña a la lesión espinal de Neymar. Los teóricos, expertos, economistas, filósofos, politólogos y analistas dicen que si Neymar y Thiago Silva hubiesen jugado en el partido de infamia el marcador habría terminado en 5-0 a favor de los alemanes. También añaden que si el técnico brasileño Luiz Felipe Scolari hubiese incluido a las leyendas del fútbol brasileño, Kaká y Ronaldinho, en la selección nacional, el partido habría terminado 2-0 con los alemanes adelantando a la final. ¿Se dan cuenta de por qué la negativa de discutir el tema en público en Brasil? Mejor bailemos samba. ¡Carnaval!


7.7.14

La Copa es cruel


La Copa Mundial de Fútbol no es sólo el evento deportivo más visto, más emocionante y electrizante del planeta cada cuatro años, es también sin duda el evento deportivo más cruel del planeta. Desde sus inicios a mediados de junio la Copa Mundial FIFA 2014 nos ha dado momentos inolvidables. Para mí uno de ellos lo fue el golazo de Robin van Persie, el holandés volante, en el tercer partido de la Copa. Tan pronto como vi ese gol pensé, “Ahí tenemos el gol definitivo de esta Copa.” A partir de ahí me dediqué a comparar goles esperando ver algo similar.

La Copa nos ha dado goles espectaculares. Tan sólo hace dos días en el partido de cuartos de final entre Brasil y Colombia, el brasileño David Luiz nos regaló lo que no podríamos describir de otro modo sino como un súper gol. Por supuesto que estos son jugadores extraordinarios jugando al más alto nivel de su disciplina, pero no puedo evitar preguntarme ¿cómo rayos pueden hacer cosas tan increíbles con tan sólo patear una pelota?

Que conste. No son los goles lo único que me ha impresionado en esta Copa. La ejecutoria de los porteros ha sido apoteósica y no exagero. Si lograron ver los partidos de México vieron a Memo Ochoa guillárselas de supermán contra Brasil y luego contra Holanda a pesar de la derrota (por un penal) ante estos últimos. Sería un crimen imperdonable no reconocer al gran portero de la selección estadounidense, Tim Howard, en su juego contra Bélgica. ¡Dieciséis tiros salvados! Un récord que no será roto en mucho, pero mucho tiempo.

Representando a Centroamérica, el gran Keylor Navas de Costa Rica, dejó a los holandeses en cero en el tiempo de regulación y el tiempo extra. Holanda cuenta con uno de los ataques ofensivos más feroces de todo este Mundial. Navas resistió el embate naranja con nada más que Pura Vida, mi gente. El portero belga, Thibaut Courtois, se enfrentó al gran Lionel Messi en un uno contra uno que nos detuvo momentáneamente la respiración y el corazón en el juego de Bélgica contra Argentina en los cuartos de final.

¿Se nos queda algo que recordar? ¡Por supuesto! ¿Cómo olvidarlo? La Copa es cruel, amigos, pero la crueldad a la que me refiero aquí no es la infligida por Suárez. Suárez tiene problemas muy serios que resolver, pero el fútbol no es uno de ellos. Ojalá encuentre un buen terapeuta que lo ayude a superar sus demonios psicológicos. El hombre es verdadera prueba de que no siempre se tiene mente sana en cuerpo sano. Como diríamos en mi patria, “Bendito.”

Sí, la Copa es cruel, muy cruel. Un equipo puede mostrarse como el mejor contendiente en todo el partido y perder por culpa de un dichoso penal. México. Un equipo puede mostrarse tan contendiente por la Copa como su contrincante en la regulación y en el tiempo extra, y perder en penales. Costa Rica. Esta es la cruel realidad de la Copa y duele mucho.

Mi esposa y yo vimos el juego de Costa Rica contra Holanda. Ambos quedamos desgarrados cuando Costa Rica perdió. De hecho, tuve que alejarme de ella ya que se convirtió momentáneamente en una llamarada de fuego cuando se acabó el partido.

El juego no se decidió en regulación ni en tiempo extra. Los ticos se jugaron el todo por el todo en el terreno de juego contra los holandeses. Ambos equipos mostraron el metal del que están hechos. Ninguno cedió su terreno. Keylor Navas, arquero tico, enfrentó un fuerte ataque holandés con temple y gracia. Ningún gol entró en la portería tica. Lo mismo con Jasper Cillessen, el arquero holandés. Este fue un juego digno de la Copa Mundial. Ambos equipos se enfrentaron en cuartos de final por sus méritos en el campo de juego. Nadie les dio un pase. Ambos mostraron desesperación por anotar y acabar el partido hasta el mismo final. Y fue ahí, justo antes de acabarse el tiempo extra, que el técnico holandés hizo una sustitución para la historia - cambió al arquero.

Tim Krul, el portero sustituto de Holanda, resultó ser el factor determinante en la victoria de Holanda sobre Costa Rica en tiempo de penales. Pareciera ser una movida sucia o injusta por parte de Van Gaal, técnico holandés, pero en realidad fue una movida estratégicamente genial.

La meta de Van Gaal fue hacer todo lo que estuviera a su alcance para que Holanda avanzara a la semifinal. Krul llegó a la Copa como el especialista contra penales de Holanda y lo demostró con creces cuando la oportunidad tocó a sus puertas. Nos resultó increíble y doloroso ver cómo detuvo inequívocamente dos goles ticos sellando así la victoria de Holanda.

¿Por qué no dejar al portero inicial en el juego? Porque el riesgo de aumentar las posibilidades de la victoria, según Van Gaal, era uno que merecía correrse. Esta es la Copa Mundial y para ganar hay que utilizar todas las armas en el arsenal.

No deja de indignarme que, a mi parecer, el terreno de juego de desniveló entre los equipos al entrar un arquero completamente fresco cuya única acción serían los penales y cuya única misión sería detenerlos. Nada de tiempo de regulación para Krul. Apenas unos segundos de acción en el tiempo extra.

Navas, por su parte, tendría todo su corazón, enfoque y empeño en detener los mismos penales, pero el arquero tico se enfrentó a estos penales luego de 122 minutos de un juego que resultó ser intenso y extenuante hasta el ñame. De algún modo hay alguna desventaja en ello, pero en realidad nada injusto. La sustitución del arquero se hizo al amparo de las reglas de la FIFA. No hay nada inmoral por mucho que lo pareciera. Simplemente, un técnico aplicó una táctica a su estrategia de juego que le ayudó a alcanzar el resultado deseado. Van Gaal cambió su algoritmo y logró lo que quería. ¿Se le puede culpar por hacer bien su trabajo? No. La Copa Mundial de Fútbol es simplemente cruel. Los demás técnicos de seguro prestarán atención.

Hay un elemento de suerte en el fútbol. Hay goles que no se anotarían de no ser por pura suerte, pero lo cierto es que en el Mundial de Fútbol no se gana por suerte. Se gana porque los que han cualificado para contender por la Copa se han preparado de la mejor manera posible, aun si están conscientes de que hay factores que no están bajo su control en el terreno de juego. Si bien no los elimina, la preparación minimiza esos factores.

En el juego de Holanda vs Costa Rica, no sólo resultó ser Tim Krul el mejor arquero, y reitero que a pesar de no haber nada injusto en la sustitución se hubiese visto mucho mejor (nuevamente a mi parecer) si Cillessen, el primer arquero holandés, permaneciera en el juego. Van Gaal resultó ser el mejor estratega. Por lo general, los mejores estrategas salen vencedores. La Copa no discrimina. Todos juegan bajo las mismas reglas y condiciones. Sin embargo, ahí mismo radica su crueldad. La derrota sufrida por un equipo que ha demostrado tener el calibre de ganar tanto o más que otros te deja un sinsabor y dolor adentro que no se te va por días. Es irónico. Junto a la belleza, la emoción y la celebración del juego bonito nos topamos con la fría crueldad de la derrota. Te provoca muchas lágrimas y para muchos el consuelo sólo llega con una nueva oportunidad dentro de cuatro años. 

La Copa siempre ha sido maravillosa, pero nunca ha dejado de ser cruel.