La Copa Mundial de Fútbol no es sólo el evento deportivo más visto, más emocionante y electrizante del planeta cada cuatro años, es también sin duda el evento deportivo más cruel del planeta. Desde sus inicios a mediados de junio la Copa Mundial FIFA 2014 nos ha dado momentos inolvidables. Para mí uno de ellos lo fue el golazo de Robin van Persie, el holandés volante, en el tercer partido de la Copa. Tan pronto como vi ese gol pensé, “Ahí tenemos el gol definitivo de esta Copa.” A partir de ahí me dediqué a comparar goles esperando ver algo similar.
La Copa nos ha dado goles espectaculares. Tan sólo hace dos días en el partido de cuartos de final entre Brasil y Colombia, el brasileño David Luiz nos regaló lo que no podríamos describir de otro modo sino como un súper gol. Por supuesto que estos son jugadores extraordinarios jugando al más alto nivel de su disciplina, pero no puedo evitar preguntarme ¿cómo rayos pueden hacer cosas tan increíbles con tan sólo patear una pelota?
Que conste. No son los goles lo único que me ha impresionado en esta Copa. La ejecutoria de los porteros ha sido apoteósica y no exagero. Si lograron ver los partidos de México vieron a Memo Ochoa guillárselas de supermán contra Brasil y luego contra Holanda a pesar de la derrota (por un penal) ante estos últimos. Sería un crimen imperdonable no reconocer al gran portero de la selección estadounidense, Tim Howard, en su juego contra Bélgica. ¡Dieciséis tiros salvados! Un récord que no será roto en mucho, pero mucho tiempo.
Representando a Centroamérica, el gran Keylor Navas de Costa Rica, dejó a los holandeses en cero en el tiempo de regulación y el tiempo extra. Holanda cuenta con uno de los ataques ofensivos más feroces de todo este Mundial. Navas resistió el embate naranja con nada más que Pura Vida, mi gente. El portero belga, Thibaut Courtois, se enfrentó al gran Lionel Messi en un uno contra uno que nos detuvo momentáneamente la respiración y el corazón en el juego de Bélgica contra Argentina en los cuartos de final.
¿Se nos queda algo que recordar? ¡Por supuesto! ¿Cómo olvidarlo? La Copa es cruel, amigos, pero la crueldad a la que me refiero aquí no es la infligida por Suárez. Suárez tiene problemas muy serios que resolver, pero el fútbol no es uno de ellos. Ojalá encuentre un buen terapeuta que lo ayude a superar sus demonios psicológicos. El hombre es verdadera prueba de que no siempre se tiene mente sana en cuerpo sano. Como diríamos en mi patria, “Bendito.”
Sí, la Copa es cruel, muy cruel. Un equipo puede mostrarse como el mejor contendiente en todo el partido y perder por culpa de un dichoso penal. México. Un equipo puede mostrarse tan contendiente por la Copa como su contrincante en la regulación y en el tiempo extra, y perder en penales. Costa Rica. Esta es la cruel realidad de la Copa y duele mucho.
Mi esposa y yo vimos el juego de Costa Rica contra Holanda. Ambos quedamos desgarrados cuando Costa Rica perdió. De hecho, tuve que alejarme de ella ya que se convirtió momentáneamente en una llamarada de fuego cuando se acabó el partido.
El juego no se decidió en regulación ni en tiempo extra. Los ticos se jugaron el todo por el todo en el terreno de juego contra los holandeses. Ambos equipos mostraron el metal del que están hechos. Ninguno cedió su terreno. Keylor Navas, arquero tico, enfrentó un fuerte ataque holandés con temple y gracia. Ningún gol entró en la portería tica. Lo mismo con Jasper Cillessen, el arquero holandés. Este fue un juego digno de la Copa Mundial. Ambos equipos se enfrentaron en cuartos de final por sus méritos en el campo de juego. Nadie les dio un pase. Ambos mostraron desesperación por anotar y acabar el partido hasta el mismo final. Y fue ahí, justo antes de acabarse el tiempo extra, que el técnico holandés hizo una sustitución para la historia - cambió al arquero.
Tim Krul, el portero sustituto de Holanda, resultó ser el factor determinante en la victoria de Holanda sobre Costa Rica en tiempo de penales. Pareciera ser una movida sucia o injusta por parte de Van Gaal, técnico holandés, pero en realidad fue una movida estratégicamente genial.
La meta de Van Gaal fue hacer todo lo que estuviera a su alcance para que Holanda avanzara a la semifinal. Krul llegó a la Copa como el especialista contra penales de Holanda y lo demostró con creces cuando la oportunidad tocó a sus puertas. Nos resultó increíble y doloroso ver cómo detuvo inequívocamente dos goles ticos sellando así la victoria de Holanda.
¿Por qué no dejar al portero inicial en el juego? Porque el riesgo de aumentar las posibilidades de la victoria, según Van Gaal, era uno que merecía correrse. Esta es la Copa Mundial y para ganar hay que utilizar todas las armas en el arsenal.
No deja de indignarme que, a mi parecer, el terreno de juego de desniveló entre los equipos al entrar un arquero completamente fresco cuya única acción serían los penales y cuya única misión sería detenerlos. Nada de tiempo de regulación para Krul. Apenas unos segundos de acción en el tiempo extra.
Navas, por su parte, tendría todo su corazón, enfoque y empeño en detener los mismos penales, pero el arquero tico se enfrentó a estos penales luego de 122 minutos de un juego que resultó ser intenso y extenuante hasta el ñame. De algún modo hay alguna desventaja en ello, pero en realidad nada injusto. La sustitución del arquero se hizo al amparo de las reglas de la FIFA. No hay nada inmoral por mucho que lo pareciera. Simplemente, un técnico aplicó una táctica a su estrategia de juego que le ayudó a alcanzar el resultado deseado. Van Gaal cambió su algoritmo y logró lo que quería. ¿Se le puede culpar por hacer bien su trabajo? No. La Copa Mundial de Fútbol es simplemente cruel. Los demás técnicos de seguro prestarán atención.
Hay un elemento de suerte en el fútbol. Hay goles que no se anotarían de no ser por pura suerte, pero lo cierto es que en el Mundial de Fútbol no se gana por suerte. Se gana porque los que han cualificado para contender por la Copa se han preparado de la mejor manera posible, aun si están conscientes de que hay factores que no están bajo su control en el terreno de juego. Si bien no los elimina, la preparación minimiza esos factores.
En el juego de Holanda vs Costa Rica, no sólo resultó ser Tim Krul el mejor arquero, y reitero que a pesar de no haber nada injusto en la sustitución se hubiese visto mucho mejor (nuevamente a mi parecer) si Cillessen, el primer arquero holandés, permaneciera en el juego. Van Gaal resultó ser el mejor estratega. Por lo general, los mejores estrategas salen vencedores. La Copa no discrimina. Todos juegan bajo las mismas reglas y condiciones. Sin embargo, ahí mismo radica su crueldad. La derrota sufrida por un equipo que ha demostrado tener el calibre de ganar tanto o más que otros te deja un sinsabor y dolor adentro que no se te va por días. Es irónico. Junto a la belleza, la emoción y la celebración del juego bonito nos topamos con la fría crueldad de la derrota. Te provoca muchas lágrimas y para muchos el consuelo sólo llega con una nueva oportunidad dentro de cuatro años.
La Copa nos ha dado goles espectaculares. Tan sólo hace dos días en el partido de cuartos de final entre Brasil y Colombia, el brasileño David Luiz nos regaló lo que no podríamos describir de otro modo sino como un súper gol. Por supuesto que estos son jugadores extraordinarios jugando al más alto nivel de su disciplina, pero no puedo evitar preguntarme ¿cómo rayos pueden hacer cosas tan increíbles con tan sólo patear una pelota?
Que conste. No son los goles lo único que me ha impresionado en esta Copa. La ejecutoria de los porteros ha sido apoteósica y no exagero. Si lograron ver los partidos de México vieron a Memo Ochoa guillárselas de supermán contra Brasil y luego contra Holanda a pesar de la derrota (por un penal) ante estos últimos. Sería un crimen imperdonable no reconocer al gran portero de la selección estadounidense, Tim Howard, en su juego contra Bélgica. ¡Dieciséis tiros salvados! Un récord que no será roto en mucho, pero mucho tiempo.
Representando a Centroamérica, el gran Keylor Navas de Costa Rica, dejó a los holandeses en cero en el tiempo de regulación y el tiempo extra. Holanda cuenta con uno de los ataques ofensivos más feroces de todo este Mundial. Navas resistió el embate naranja con nada más que Pura Vida, mi gente. El portero belga, Thibaut Courtois, se enfrentó al gran Lionel Messi en un uno contra uno que nos detuvo momentáneamente la respiración y el corazón en el juego de Bélgica contra Argentina en los cuartos de final.
¿Se nos queda algo que recordar? ¡Por supuesto! ¿Cómo olvidarlo? La Copa es cruel, amigos, pero la crueldad a la que me refiero aquí no es la infligida por Suárez. Suárez tiene problemas muy serios que resolver, pero el fútbol no es uno de ellos. Ojalá encuentre un buen terapeuta que lo ayude a superar sus demonios psicológicos. El hombre es verdadera prueba de que no siempre se tiene mente sana en cuerpo sano. Como diríamos en mi patria, “Bendito.”
Sí, la Copa es cruel, muy cruel. Un equipo puede mostrarse como el mejor contendiente en todo el partido y perder por culpa de un dichoso penal. México. Un equipo puede mostrarse tan contendiente por la Copa como su contrincante en la regulación y en el tiempo extra, y perder en penales. Costa Rica. Esta es la cruel realidad de la Copa y duele mucho.
Mi esposa y yo vimos el juego de Costa Rica contra Holanda. Ambos quedamos desgarrados cuando Costa Rica perdió. De hecho, tuve que alejarme de ella ya que se convirtió momentáneamente en una llamarada de fuego cuando se acabó el partido.
El juego no se decidió en regulación ni en tiempo extra. Los ticos se jugaron el todo por el todo en el terreno de juego contra los holandeses. Ambos equipos mostraron el metal del que están hechos. Ninguno cedió su terreno. Keylor Navas, arquero tico, enfrentó un fuerte ataque holandés con temple y gracia. Ningún gol entró en la portería tica. Lo mismo con Jasper Cillessen, el arquero holandés. Este fue un juego digno de la Copa Mundial. Ambos equipos se enfrentaron en cuartos de final por sus méritos en el campo de juego. Nadie les dio un pase. Ambos mostraron desesperación por anotar y acabar el partido hasta el mismo final. Y fue ahí, justo antes de acabarse el tiempo extra, que el técnico holandés hizo una sustitución para la historia - cambió al arquero.
Tim Krul, el portero sustituto de Holanda, resultó ser el factor determinante en la victoria de Holanda sobre Costa Rica en tiempo de penales. Pareciera ser una movida sucia o injusta por parte de Van Gaal, técnico holandés, pero en realidad fue una movida estratégicamente genial.
La meta de Van Gaal fue hacer todo lo que estuviera a su alcance para que Holanda avanzara a la semifinal. Krul llegó a la Copa como el especialista contra penales de Holanda y lo demostró con creces cuando la oportunidad tocó a sus puertas. Nos resultó increíble y doloroso ver cómo detuvo inequívocamente dos goles ticos sellando así la victoria de Holanda.
¿Por qué no dejar al portero inicial en el juego? Porque el riesgo de aumentar las posibilidades de la victoria, según Van Gaal, era uno que merecía correrse. Esta es la Copa Mundial y para ganar hay que utilizar todas las armas en el arsenal.
No deja de indignarme que, a mi parecer, el terreno de juego de desniveló entre los equipos al entrar un arquero completamente fresco cuya única acción serían los penales y cuya única misión sería detenerlos. Nada de tiempo de regulación para Krul. Apenas unos segundos de acción en el tiempo extra.
Navas, por su parte, tendría todo su corazón, enfoque y empeño en detener los mismos penales, pero el arquero tico se enfrentó a estos penales luego de 122 minutos de un juego que resultó ser intenso y extenuante hasta el ñame. De algún modo hay alguna desventaja en ello, pero en realidad nada injusto. La sustitución del arquero se hizo al amparo de las reglas de la FIFA. No hay nada inmoral por mucho que lo pareciera. Simplemente, un técnico aplicó una táctica a su estrategia de juego que le ayudó a alcanzar el resultado deseado. Van Gaal cambió su algoritmo y logró lo que quería. ¿Se le puede culpar por hacer bien su trabajo? No. La Copa Mundial de Fútbol es simplemente cruel. Los demás técnicos de seguro prestarán atención.
Hay un elemento de suerte en el fútbol. Hay goles que no se anotarían de no ser por pura suerte, pero lo cierto es que en el Mundial de Fútbol no se gana por suerte. Se gana porque los que han cualificado para contender por la Copa se han preparado de la mejor manera posible, aun si están conscientes de que hay factores que no están bajo su control en el terreno de juego. Si bien no los elimina, la preparación minimiza esos factores.
En el juego de Holanda vs Costa Rica, no sólo resultó ser Tim Krul el mejor arquero, y reitero que a pesar de no haber nada injusto en la sustitución se hubiese visto mucho mejor (nuevamente a mi parecer) si Cillessen, el primer arquero holandés, permaneciera en el juego. Van Gaal resultó ser el mejor estratega. Por lo general, los mejores estrategas salen vencedores. La Copa no discrimina. Todos juegan bajo las mismas reglas y condiciones. Sin embargo, ahí mismo radica su crueldad. La derrota sufrida por un equipo que ha demostrado tener el calibre de ganar tanto o más que otros te deja un sinsabor y dolor adentro que no se te va por días. Es irónico. Junto a la belleza, la emoción y la celebración del juego bonito nos topamos con la fría crueldad de la derrota. Te provoca muchas lágrimas y para muchos el consuelo sólo llega con una nueva oportunidad dentro de cuatro años.
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